La operación de limpieza en el episcopado de Irlanda emprendida por Benedicto XVI comenzó a hacerse visible ayer con la aceptación de la renuncia del obispo de Cloyne, John Magee, responsable de encubrimiento de delitos de pederastia cometidos por sacerdotes de su diócesis. Se espera una decisión similar del Papa sobre otros dos obispos, ambos auxiliares de Dublín, que también presentaron la dimisión.
Magee, antiguo secretario privado de Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, reiteró ayer «mi sincera petición de disculpas a todas las personas que han sufrido abusos por sacerdotes de la diócesis de Cloyne durante mi mandato».
Reconoce su culpa
El cardenal Sean Brady, primado de Irlanda, manifestó ayer que «mis pensamientos se dirigen en primer lugar a quienes han sufrido abusos por sacerdotes y a quienes se sienten enfadados y decepcionados por la respuesta, con frecuencia inadecuada, de los líderes de la Iglesia».
Monseñor Magee reconoció públicamente su culpa en la Misa de Navidad del 2008 y anunció que empezaría a colaborar con las autoridades. Ayer reiteró que seguirá disponible para trabajar «con la Comisión de Investigación en todo momento». Tomó también la delantera presentando en marzo del 2009 su renuncia al Papa Benedicto XVI, quien nombró inmediatamente un administrador apostólico para la diócesis pero le mantuvo nominalmente como obispo.
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