Seis veteranos de las Fuerzas Armadas estadounidenses se encadenaron hoy a las vallas de la Casa Blanca para exigir más rapidez al Gobierno de Barack Obama en la revocación de la norma que prohíbe la entrada de homosexuales declarados en la institución.
Vestidos con sus uniformes y convocados por la organización "GetEqual", los veteranos se mantuvieron firmes y en silencio durante unos minutos con sus manos atadas frente a la Casa Blanca y rodeados de una decena de manifestantes que alzaron sus pancartas.
Después de unos 45 minutos, agentes del servicio de seguridad cerraron la zona al paso del público, rompieron las cadenas de los manifestantes y los llevaron arrestados en furgonetas.
El silencio de los manifestantes tan solo fue interrumpido por uno de ellos, Dan Choi, quien ya fue detenido en una protesta similar hace una semanas.
Choi alzó la voz unos segundos para pedir a Obama "una acción remarcada para mostrar una resolución firme y un liderazgo real" para acabar con la ley.
Desde que el pasado febrero el Pentágono anunció que estudia acabar con la polémica ley de 1993 conocida como "Don't ask, don't tell" ("No preguntes, no cuentes"), activistas a favor de la igualdad de derecho entre homosexuales han urgido al Gobierno a que acelere el proceso.
Esa legislación supone que los homosexuales pueden prestar servicio militar siempre y cuando no divulguen su orientación sexual.
Sólo que esa ley, según activistas, fomentó en las filas una cultura de delación en la que, por ejemplo, algún despechado o alguien con ganas de vengarse causaba eventualmente el despido de un soldado homosexual.
Cerca de 11.000 soldados han sido expulsados de las Fuerzas Armadas bajo la ley de 1993, concebida como "término medio" entre el Gobierno del entonces presidente Bill Clinton, que quería levantar la prohibición a homosexuales, y quienes lo consideraban contraproducente.
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