2015/01/18

PUBLICO: Andrés Senra “En los 80 ser marica era un posicionamiento político”



El punk era un tipo de rock sencillo y algo ruidoso,  dice Wikipedia. Alrededor de los 70 esta música de garaje va calando en diferentes lugares del mundo, con su filosofía, estética y pensamiento post- o anti-político. El punk tiene también su protagonismo en la configuración del Madrid castizo. Los modos de hacer de la ciudad, individuales y colectivos, permiten indagar ¿Te gustó/a el punk? ¿Qué música y a qué grupos escuch(ab)as?
Y más allá de la música, el punk ofrecía fondo musical y combustible al activismo,a prácticas colectivas reivindicativas, que  J. Claramonte definiría como la inevitable articulación de lo social y lo político en un contexto concreto. Gran parte del repertorio estético ha acabado exhibido en las pasarelas de moda o recluido en museos, que embalsaman con nostalgia o reciclan como objeto de consumo lo que antes era provocación y rebeldía, como poco.
El código abierto de la calle, la bajera o garaje de ensayo o el centro social autogestionado se empaqueta, privatiza y es puesta a la venta del mejor postor. De esto hablamos con Andres Senra, un artista multidisciplinar basado en Madrid que ha participado activamente en colectivos como la radical gay desde sus inicios, así como formado parte de algunos colectivos artísticos- también trabaja de modo individual- que desde los 80 han venido marcando parte de la historia y el tinte cultural -o contracultural- de la ciudad.
Acción en la Puerta del Sol en Madrid el día mundial de la lucha contra el sida. LSD y la Radical gay.  1 de diciembre de 1995. Fotografía de Andrés Senra.


¿Qué música has escuchado que crees que ha influido directamente en tu pensamiento político?
De cuando yo era adolescente puedo nombrar a grupos como Kaka de Luxe, la primera banda punk madrileña, con Ana Curra, Alaska… Tenía un punto Pop, es cierto,  pero el contenido tenía un punto de identidad, también sexual y un poco existencial. En toda esa línea estaba también Parálisis Permanente, que era una banda punk, pero estaban ambos entre el punk y el pop. Era la música que me interesaba y que en aquel momento interesaba mucho a los gays. Supongo que eso es parte de lo que me ha influido y ha sido parte de mi universo, y ha marcado que luego yo estuviera participando en colectivos activistas como la radical gay. Un poco más adelante, he de nombrar a los grupos del rock radical vasco. Ahí si había un discurso político con el que yo me sentía muy afín, sobre todo con los de talante más anarquista, en la Línea de La Polla RecordsKortatu también, pero este ya tenía una línea nacionalista que a mi no me interesaba tanto. Hay que tener en cuenta que en aquel momento yo formaba parte del movimiento de Insumisión y en los colectivos de insumisos se escuchaba mucho el rock radical vasco. Era algo con lo que plenamente nos identificábamos y las letras tenían mucho que ver con nosotros. Luego estaban las bandas punk no españolas, como los Sex pistols y The clash, más rollo anarko-musical, y luego en la línea gay, The Smiths o Siouxsie and the Banshees. Toda esta gente estaba en ese universo, entre el anarquismo y  entre los movimientos de liberación de gays y lesbianas, que en aquel momento no estaban tan normalizados como en la actualidad. Ser marica era casi un posicionamiento político; y la insumisión. Todo eso formaba una especie de cierto conglomerado. Yo llevaba cresta en esos años, y eso era parte de la estética de la rebeldía. Dentro de todo esto, a mi me consideraban muy esteta. Yo tenía un rollo activista muy político y pero también estaba interesado en la música y la estética.
Hacia el año 1987 en Nueva York se formaliza un colectivo de activistas que reivindicaban la importancia del sida y los afectados en la sociedad (tratamientos, investigación médica y políticas públicas). Había una crisis fuerte en este sentido. El colectivo Act Up empleará herramientas artísticas para fines estrictamente políticos. La articulación social, política y artística de esta práctica dio lugar al colectivo Gran Fury. ¿Cómo crees que este denominado “activismo cultural” ha influido en la ciudad de Madrid?
Act Up, que nacen en Nueva York y luego han estado en París, ha tenido una influencia a nivel global. En Madrid en concreto hubo una serie de colectivos que fueron LSD, RQTR y la radical gay, que una de sus líneas era la lucha contra el sida y las políticas gubernamentales que estaban de alguna manera lesionando y perjudicando a los enfermos de sida, y sin poner medidas ni económicas ni sanitarias suficientes. Estos colectivos tenían un discurso muy similar al de Act Up en cuanto a desarrollar acciones específicas (por ejemplo en el Ministerio de Sanidad, o el día uno de diciembre) muy similar a lo que hacía este colectivo en Nueva York. Pero es verdad que estos colectivos en Madrid han tenido su propia idiosincrasia que respondía a las necesidades políticas fuera de las colectivos gays institucionales del aquel momento. Había una serie de reivindicaciones que había que cubrir en Madrid que no sólo eran las de las políticas antisida. Estos colectivos estaban en esta línea libertaria de generar una identidad fuerte, es decir “somos maricones y somos bolleras”, de no vinculares con la lucha de conseguir los derechos civiles de matrimonio. Estaban por desarrollar unas políticas “del cuerpo”, de que no se  condenara la promiscuidad, sino de facilitarla como una práctica más en la que simplemente había que tomar precauciones con preservativos y demás. Estos movimientos tuvieron mucha influencia de la Act Up pero a la vez ellos mismos generaron su propio discurso en función de las necesidades que había en Madrid. Esto era básicamente producir visibilidad de los maricas y de las lesbianas y que además no se sentían muy representados por los colectivos gays tradicionales que estaban en una línea más institucional de conseguir subvenciones, de normalizar la homosexualidad, de que los gays y lesbianas estuvieran más dentro de lo social. A estos no les interesaba eso, sin embargo hicieron un montón de acciones súper cañeras al respecto. Hay un artista, que se llama Pepe Esparliu, que hizo una acción muy específica. Él estaba enfermo de sida, e hizo una especie de cadena humana y lo transportaba mucha gente durante el proceso de un lugar a otro. Iban denunciando y reivindicando una solidaridad con respecto al sida. Con esto, Pepe Esparliú quería decir que esa enfermedad al final nos afectaba a todos, no sólo a los gays. Creo que las acciones de Pepe tienen un diálogo directo con las acciones de Act Up.
¿Cómo crees que ha influido la música y ese posicionamiento, en tu obra como artista?
Creo que gran parte de mi discurso dentro de mi trayectoria artística bebe de las fuentes del activismo en el que participé en los 80 y 90. Claramente hay un reflejo de intereses y  de las temáticas, pues he trabajado mucho con el tema de la identidad. Esto es, la individualidad, en mundo de la persona frente a lo colectivo. Con el tiempo, además, he desarrollado proyectos de carácter muy colectivo, con una visión de crítica social . Las temáticas que siempre me han interesado han sido la cuestión de la identidad, el capitalismo, y las líneas de fuga y de enfrentarse en este tardo capitalismo. El cómo construir un discurso contra hegemónico. Paralelamente a que yo tuviera un interés concreto en la estética de estos movimientos, eso se refleja formalmente en el tipo de obra que he producido. Por ejemplo, he desarrollado parte de mi obra con un contenido sexual muy explícito con una gran carga de estética punk en cuanto a la producción de imágenes tanto en los colores que he utilizado (hablando de forma, no en cuanto a temática). Y en la parte colectiva, que es más artivista, es donde quizás hay más referentes al punk, por ejemplo en un proyecto de intervenciones en las oficinas bancarias traté de replicar la propaganda de los bancos sustituyéndola por propaganda que incluía textos de la Constitución Española donde se contienen derechos fundamentales que se han perdido por completo, como el derecho a la sanidad pública y a la vivienda. Y también en el do it yourself, que para mi significa tomar la iniciativa, como individuo y como ciudadano que peregrina por la ciudad, de expresar tu propia opinión frente a la opinión de las masas o del poder.
Háblame de la ocupación y colectivos a este respecto que has conocido en Madrid.
La primera okupa de Madrid fue en Amparo 33. Ahí fue claramente el primer punto de encuentro entre el colectivo de los autónomos, los insumisos, las  feministas, gente libertaria, movimientos anarquistas, pero también comunistas, movimientos ecologistas… en general recogía bastantes movimientos sociales. Esto se trasladó a Minuesa que era una gran nave en la que había un  discurso político de ocupación , no sólo como espacios sociales sino también como vivienda. La ocupación era un movimiento que estaba ocurriendo en varios países en el contexto de Europa (Gran Bretaña, Alemania, Holanda, Italia), ocurría también en Madrid y Barcelona. La necesidad era doble: tomar la iniciativa de construir de una manera auto-gestionada nuestros propios espacios de ocio, pero también nuestros propios espacios de vida, donde compartir desde el pensamiento hasta la forma de ser o de estar. En Minuesa había desde asambleas con contenido relacionadas con la cuestión de la insumisión hasta asambleas para generar discurso en torno a la necesidad de utilizar esos espacios que el sistema había dejado vacíos y que el capitalismo no permitía utilizar. Consistía en ocupar, entrar directamente y colocar al sistema en este conflicto de tener que echar a la gente cuando le estaba dando un uso. Después de Minuesa fue Pacisa y luego estaba también el Laboratorio, enfrente de Tabacalera. El Laboratorio era una gran fábrica química que quedó abandonada y funcionó durante muchos años. Había gran oferta cultural. Allí hicieron una gran fiesta las chicas de LSD en junio. Hubo un colectivo artístico que se llamaba Sushimovil, del que yo formé parte, que estuvo muy en el underground. Sushimovil estuvo muy vinculado a la ocupación. Lo formaba gente que estaba relacionada con los insumisos y con los colectivos de la Radical gay y LSD.
Andrés Senra participa este  sábado día 17 en el Museo de Arte Reina Sofía, junto a Fefa Vila, Sejo Carrasposa y Lucas Plaero, en ¿Archivo Queer?,un seminario de investigación que pretende tematizar y recuperar los aspectos más relevantes que se han agenciado al movimiento lesbiano, queer, gay y trans de modo colectivo y a través de grupos activistas desde el tardo franquismo y la transición hasta los movimientos queer de finales del siglo XX.  Además, se proyectará el vídeo “20 retratos de activistas queer en el Madrid de los 90”, de Andrés. Toda la  documentación: el vídeo, fanzines y fotografías de estos colectivos  estará disponible en la biblioteca de MNCARS a lo largo de este año. El archivo generado pasará a formar parte de los documentos de la biblioteca pública, disponibles para uso y consulta, bajo licencia Creative Commons.
Referencias
  • Clase de Gloria G. Durán dentro del módulo de NetArtivismo en el Máster CCCD: ¿Qué hay de nuevo viejo?Chapas, camisetas y cateles para una revolución retransmitida CCCRR. http://medialab-prado.es/article/quehaydeviejonuevo 27-05-2014, en Medialab Prado

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