- El pleno del Parlament de Catalunya aprueba la ley contra la homofobia con los votos de CDC, ERC, PSC, ICV-EUiA, Ciutadans y la CUP. Sólo el PP y Unió, en algunos puntos, se han opuesto a la norma.
- La incansable lucha del colectivo LGTB hace que Catalunya tenga una de las leyes más avanzadas a nivel nacional e internacional en materia de derechos sexuales e igualdad de oportunidades.
Euforia y emoción del colectivo de personas
Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT) hoy en el Parlament de
Catalunya. Una amplia mayoría de la cámara catalana ha aprobado la Ley
contra la homofobia, que tiene como objetivo combatir la discriminación
contra los homosexuales y los transexuales. En el pleno celebrado esta
mañana, el Parlament, ante la presencia de colectivos y entidades del
movimiento LGBT, ha dado luz verde a la norma (112 votos a favor y 18 en
contra), sólo con los votos negativos del PP y, en algunos artículos,
de UDC. Analizamos esta ley, pionera en el Estado y en Europa, en seis
claves:
1. El régimen sancionador y la inversión de la prueba, puntos fuertes de la ley.
Dos son los principales pilares de la norma aprobada hoy: la inversión
de la prueba -o reversión de la carga- y el régimen sancionador. Según
la plataforma LGTBcat, la inversión de la prueba "es muy importante" en
los casos de discriminación en que a menudo, explican, es muy difícil
reunir pruebas, y que implica que sea la persona presuntamente
discriminadora la que tenga que probar que no ha discriminado.
Este matiz es el que más preocupa a sectores conservadores. Según los
obispos "es peligroso" que tenga que ser el acusado quien demuestre su
inocencia, al revés de lo habitual, que es el acusador quien debe
demostrar la culpabilidad.
En cuanto al régimen sancionador, Eugeni Rodríguez, portavoz del Frente
de Liberación Gay de Catalunya (FAGC), explica que es imprescindible
que la ley contemple herramientas y mecanismos que penalicen seriamente
las discriminaciones, como es el caso de un estricto régimen sancionador
como herramienta para erradicar la violencia homófoba.
2. Una ley pionera en el marco internacional.
en día, la homosexualidad se persigue en 77 países del mundo y, con
esta norma, Cataluña –junto con Argentina- se pone al frente de la lucha
por la erradicación de la homofobia, la transfobia y la lesbofobia. En
el caso catalán el ordenamiento obligará a los poderes públicos a
dejarse asesorar por el Consejo Nacional de las personas LGBT, que pasa a
ser un órgano participativo y consultivo permanente.
El Govern deberá dotarse de un órgano coordinador de las políticas LGBT
y ofrecer un servicio de atención integral. Deberá garantizar, además,
la formación y la sensibilización de los profesionales y de los
trabajadores de la administración. La ley incide especialmente en los
ámbitos de la educación, las universidades, la cultura, el ocio y el
deporte, los medios de comunicación, la salud, la acción social, el
orden público, los establecimientos penitenciarios, el mundo laboral y
las políticas de familia. Los impulsores de la plataforma, sostienen que
la norma "es pionera en el Estado y en Europa" y que con su aprobación
se culmina una larga reivindicación. Cabe decir, sin embargo, que el
pasado abril, Galicia ya aprobó una ley contra la LGTBfòbia también
pionera en el Estado, pese a que el PP rebajó en gran parte sus
aspiraciones. También hay que mencionar el caso andaluz, donde en julio
pasado se aprobaba una medida que reconoce el derecho de las personas a
la libre autodeterminación de su género.
En palabras
del portavoz de LGTBcat, Eugeni Rodríguez, la normativa catalana supone
una “reparación histórica” para un colectivo que ha sufrido violencia
durante muchos años en todo el mundo.
3. Presión incansable del movimiento LGTBcat.
La aprobación de la norma no hubiera sido posible sin la presión
incondicional del colectivo de LGBT –el acrónimo empleado para referirse
colectivamente a las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y
transexuales- que lleva años remando para aprobar esta normativa. Las
diferentes entidades impulsoras sostienen que con esta nueva legislación
se avanzará decisivamente en garantía los derechos de las personas
gays, lesbianas, bisexuales y transexuales y que erradicará
definitivamente la homofobia, la lesbofobia y la transfobia.
El origen de la reivindicación de esta ley nació hace más de cuatro
años. Después de los trabajos de redacción y de un largo proceso
participativo, en el año 2010 fue presentada y aprobada en el marco del
Consejo Nacional LGTB. Pero no fue hasta mayo de 2013 cuando se registró
en el Parlament. Hace algo más de un año, el 17 de julio de 2013, se
votó el acceso a trámite, ya entonces con la enmienda a la totalidad del
PPC. El recurso los populares en verano sólo ha podido retrasar una
conquista que suscita un amplio consenso en la cámara. La normativa
aprobada ahora llegó a la cámara a través de una iniciativa legislativa
popular y fue presentada conjuntamente por ERC, PSC, ICV-EUiA y la CUP.
4. Intentos de obstrucción del PP
Antes del verano, cuando los años de lucha del colectivo LGTB albiraban
ya un final feliz, un recurso de última hora presentado por el Partido
Popular de Catalunya (PPC) ha impidió que el Parlament completara el
último trámite para aprobar definitivamente la ley contra la homofobia.
Una amplia mayoría de la cámara -ERC, PSC, ICV-EUiA, C's, CUP y CDC-
había dado luz verde a un texto que significaba un paso fundamental para
la igualdad de derechos que reivindica incansablemente el colectivo
LGTB, principal impulsor de la ley. El PPC, junto con UDC, se
posicionaron en contra y llevaron la proposición de ley al Consejo de
Garantías Estatutarias.
5. La huella de los obispos
Los obispos catalanes no han estado al margen de la medida. Ese mismo
año mostraron su preocupación por el proyecto de ley en un comunicado
público. La Iglesia católica, que no se pronuncia sobre la mayoría de
leyes aprobadas por el Parlament, había expresado su "preocupación" por
un proyecto de ley en trámite en la cámara catalana. En un comunicado,
los obispos expresaban su "preocupación" por un proyecto que consideran
"muy desacertado, tal como está redactado, por las graves consecuencias
que puede tener en el ejercicio de los derechos humanos de la libertad
religiosa, de pensamiento y de conciencia los ciudadanos de Catalunya".
6. La doble alma de CiU
Hoy en el Parlament los democristianos se han distanciado de nuevo de
Convergència por discrepancias con el régimen sancionador, el apartado
de educación y inversión de la prueba de carga, lo que supone que el
acusado tenga que demostrar su inocencia. Si la cuestión soberanista ha
sido la divergencia más mediática entre los partidos que forman la
coalición nacionalista, la cuestión de género es aún más esencial.
Conscientes de esta enésima contradicción interna, el portavoz del CiU
en el Parlament, Jordi Turull, había quitado importancia a que CDC y UDC
votaran diferente en hasta tres artículos de la ley que son aspectos
nucleares, tales como el régimen sancionador y la reversión de la carga.
"En algunos temas hay un criterio diferente y nos lo hemos respetado",
dijo Turull.
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