http://www.naiz.info/eu/hemeroteca/gara/editions/gara_2014-05-15-07-00/hemeroteca_articles/que-se-vaya-a-la-antartida-por-favor
Servidora no es
especialmente aficionada a seguir ese espectáculo cutre que llaman
Eurovisión, pero allá cada cual con sus gustos. Más de una conocida se
pasó el sábado noche pegada a la tele para ver si la representante
hispana hacía el ridículo una vez más. Cuentan las crónicas
periodísticas que al final ganó una artista a la que sus padres pusieron
por nombre Tomás pero que ella prefiere llamarse Conchita. Hasta aquí
todo correcto, pero el hecho ha servido
para que el incalificable Xavier Horcajo sacara lo peor de sí mismo, y
tiene de dónde sacar, en su última columna en «La Gaceta». Atención a lo
que sigue, porque es de lo más vomitivo que se ha escrito en mucho
tiempo. La joya comienza con este párrafo: «Es terrible. Una sencilla
trampa marketinera aprovecha lo políticamente correcto en Europa y gana
la eurovisión un austriaco que se llama Tomás Neuwirth pero se hace
llamar Conchita Wurst. En Austria nadie se llama `Conchita'. Es igual.
Además él reconoce que le gusta el uso argentino de la palabra (allí se
usa por órgano sexual femenino). El supuesto apellido Wurst,
`salchicha', quizá sea más austríaco, con permiso de Sisi. Usa ropa,
imposta voz y lleva joyas femeninas, pero no tiene pecho y su
`salchicha' sigue donde la puso la madre naturaleza, esa gran perdedora
en la Eurovisión». Como han visto, la estupidez llevada a la máxima
expresión. Pero descuiden,
porque en el siguiente párrafo es donde el seudoperiodista da la medida:
«Si un `travelo' inconcluso gana como el gran artista `transgénero'
cantado mal, que es de lo que se trata, es porque tiene una cerrada
barba masculina bajo unos ojos con pestañas marquesina y rimel a saco.
Puedo entender que los austriacos, listos como para vender al mundo que
Hitler era alemán y que Beethoven era austríaco, estén fascinados por la
barba a lo Arda Turán. Al fin y al cabo ya se fascinaron con el bigote
cómo de Adolf. Pero que Europa entre en trance con Conchita Wurst, un
fraude musical para presumir de tolerancia, merece buscarse otro
continente para vivir. ¿Esta Europa es la que queremos construir el día
25? `¡Joder que fiasco!'». Pues sí, este es el nivel que gastan en la
derechona. Puestos a buscar otro continente para vivir, podía irse a la
Antártida. Pronto.
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