2010/03/23

20100323-El transexual Philippe Ménard cuestiona la identidad de género a través del hielo

A través del juego y dominio de más de un centenar de bolas de hielo, el malabarista transexual francés Philippe Ménard trata de demostrar en su espectáculo "PPP" (Posición Paralela al Piso) que cualquier elemento puede ser moldeable y cambiar de estado, cuestionando así la identidad de género.

Enmarcado en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá (FITB), "PPP" es la metáfora de la búsqueda de la identidad de Ménard, que hace tres años se sometió a una operación de cambio de sexo para transformarse en mujer, pero que sigue manteniendo su nombre original de hombre.

"En la obra hay una búsqueda y un cuestionamiento de la identidad, pero he mantenido mi nombre original por provocación. Cuando viajo a países como Tailandia o muchos otros del mundo, Philippe no es masculino ni femenino", explicó hoy a Efe el artista, que recordó no obstante que en su país, Francia, no le permiten cambiar de nombre.

Para el malabarista francés, su obra es un "monólogo" y al mismo tiempo una "performance", en la que invita al público "a vivir una experiencia en la que les ofrezco mi cuerpo, un cuerpo muy particular", ya que él mismo no se considera "ni hombre ni mujer".

Igual que moldeó su cuerpo con libertad, ahora transforma el hielo con sus manos y sus movimientos para darle diferentes formas, en un macabro juego entre la vida y la muerte plasmado en gigantes bolas de hielo que se desprenden del techo de manera aleatoria.

Precisamente, "PPP" son las siglas de "Posición Paralela al Piso", esa postura "en la que todos acabaremos, pase lo que pase", dijo Ménard en la rueda de prensa de presentación de una obra que mezcla teatro, circo, danza y artes visuales.

Pese a que sus malabarismos con más de un centenar de bolas de hielo, de unos cinco kilogramos de peso cada una, son un canto a la libertad humana y una crítica a los corsés sociales, el artista aseguró que no pretende "dar lecciones a nadie" de moralidad.

"Yo reivindico la libertad del espectador y éste es el que garantiza la libertad del artista -puntualizó Ménard-. No soporto el teatro didáctico, no estoy aquí para dar lecciones a nadie, sino para despertar algunas partes de la imaginación (...), pero en la propia historia del espectador, no en la mía".

"Hay gente que lo amará y gente que lo detestará. Es importante que lo hagan así. Unos verán identidad, otros proezas en el hielo, otros querrán llorar, sonreír o gritar. Yo reivindico ese teatro", señaló el artista de la compañía Non Nova.

Es esa libertad que él mismo se otorga y que regala al espectador la que provoca, a su juicio, que cada representación sea distinta y cambiante, así como imprevisibles las reacciones del público.

"Yo no busco nada en particular -admitió-. (...) No sé qué pasará, eso es lo que me interesa, justamente descubrir qué es lo que va a pasar".

Es por ello que el hielo aparece como el perfecto elemento para escenificar esa espontaneidad teatral, ya que su forma sólida varía a lo largo del espectáculo hasta convertirse en agua, símbolo de la metamorfosis de un estado a otro que él vivió a lo largo de su vida.

"El hielo no me deja ninguna oportunidad, por eso lo escogí. Me obliga todo el tiempo a ir más allá y, al mismo tiempo, me obliga a ser humilde frente al hecho de que no lo voy a poder dominar nunca (...). Es el hielo el que decide", sentenció Ménard, cuya obra se estrenará el próximo viernes en la capital colombiana.

El FITB, de carácter bianual, se extenderá hasta el próximo 4 de abril en esta XII edición, que cuenta con Cataluña y Baleares como invitados de honor, y ha convocado a más de 2.800 actores, dramaturgos, directores y técnicos de hasta 40 países.

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