San Francisco celebra el mayor desfile de Estados Unidos cuatro días después de que el Tribunal Supremo aprobara los derechos de los matrimonios del mismo sexo
| Miles de personas celebran el día del Orgullo Gay en San Francisco. / Ap | 
 Orgullos más que nunca de ser gays y con la bandera del 
arco iris izada en cada esquina de San Francisco. Así celebraron este 
domingo miles de personas el día del Orgullo Gay en la ciudad referente 
mundial del movimiento gay. «Yes, we are gays», gritaban dos jóvenes 
mientras recorrían el centro de la ciudad.
Hace apenas tres días que el Tribunal Supremo de Estados 
Unidos aprobaba la igualdad de derechos en los matrimonios gays y 
permitía que en California se volvieran a autorizar bodas con personas 
del mismo sexo, prohibidas desde hacía cinco años. La ciudad llevaba 
tres días de celebraciones que culminaron con el Parade Gay, la más 
larga de todo el país.
Más de 300 carrozas de todos los colores desfilaron por la 
calle Market, el epicentro de la ciudad, encabezados por el alcalde de 
SanFrancisco, Edwin Mah Lee, el sherif, los bomberos y las compañías 
tecnológicas. Google, Facebook, Twitter. Todos tienen su grupo gay y 
quién no, es rechazado por estar desfasado y fuera de tendencia. Google,
 pionera en customizar sus instalaciones, decoraba esta semana la 
entrada con la bandera del arco iris y preparaba en el comedor oficial 
una tarta de chucherías gigantes para todos sus empleados.
Todos están orgullosos de ser gays, tener un amigo gay o un
 jefe gay. Esta mentalidad es la del emprendedor, el creativo, y la 
filosofía de las compañías más revolucionarias que diariamente nacen en 
SanFrancisco. «Nadie se avergüenza de ser gay y la ciudad respira a 
libertad por todos lados», aseguraba Robert, director de proyectos. «I'm
 alive, I'm proud to be gay» (estoy vivo y estoy orgulloso de ser gay) 
gritaba uno de los participantes con la camiseta de Facebook mientras 
miles de espectadores le saludaban y le animaban.
'La ciudad gay de América'
Toda la ciudad se vuelca con la Parade y desde la comunidad
 china, india, brasileña o latina nadie se pierde la cita. Esta fiesta 
es la más importante en la ciudad de la Costa Oeste y donde más gente 
viaja para celebrar el evento. Desde el viernes, turistas y 
norteamericanos procedentes de distintas ciudades disfrutaban de 
SanFrancisco en Dolores Park y en el barrio Castro; centro neurálgico 
donde se originó el movimiento gay y donde tiendas y bares están 
especializadas y dirigidas al colectivo. El amor libre se respira por 
los cuatro costados, aunque la mayoría de las veces no es apto para 
menores de 18 años.
La ciudad lleva 43 años celebrando la fiesta por excelencia
 de los gays desde que un día llegara un grupo a la Costa Oeste. Durante
 la II Guerra Mundial, el ejército estadounidense dejó en el puerto de 
San Francisco a militares gays rechazados por su tendencia sexual. 
Muchos de ellos se asentaron en el barrio de Castro y así comenzó a 
crecer la comunidad. Pero como en cualquier lucha por unos valores, 
siempre hay una cabeza visible. Harvey Milk se convertía en el principal
 defensor de los derechos de los gays en los años 70. Abrió una tienda 
de fotografía, Cámara Castro, y desde allí inició una defensa sin 
precedentes llegando a convertirse en el primer hombre abiertamente 
homosexual en ser elegido para un cargo público en la Junta de 
Supervisores de SanFrancisco.
Su presencia en la política permitió que la ciudad fuera 
aceptando e integrando al colectivo. Fue asesinado en 1978 y su muerte 
fue llorada en una gran concentración que recorrió las principales 
calles. Hoy en día su recuerdo y sus fotografías siguen presentes en los
 restaurantes del barrio. «San Francisco no es Estados Unidos, esto es 
un oasis y aquí da igual que salgas en chándal y tacones o con el pelo 
rojo. Todo vale y por eso aquí el colectivo gay se siente libre», señala
 Raúl García, un madrileño veterinario que llegó a la ciudad hace 13 
años y nunca falta a la cita.
En 1964 la revista Life declaraba a San Francisco la ciudad
 gay de América y desde entonces se ha hecho merecedora de esta 
denominación. Desde el uno de junio, Market Street, donde se concentran 
las tiendas de firma y la zona financiera, muestra con orgullo banderas 
del arco iris, tamaño sábana, para celebrar la presencia del colectivo 
más influyente de la ciudad, que roza el 15% de la población. Incluso, 
las tiendas customizan sus escaparates con particulares guiños.
«Es increíble la libertad que existe; a nadie le sorprende 
que dos parejas de chicas se besen en la calle», comenta Marcel, un 
francés ingeniero afincado en San Francisco con su pareja Joseph. Quién 
también ha dado el apoyo al colectivo ha sido el presidente de los 
Estados Unidos, Barack Obama, que anunciaba esta semana: «Cuando todos 
los americanos son tratados por igual todos somos más libres». A la cita
 no faltaron políticos venidos de toda California para acudir a este 
evento. La fiesta finalizó a altas horas de la madrugada, pero 
SanFrancisco sigue viva y con más energía y libertad que nunca.

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