Perder el miedo al virus conlleva bajar la guardia en cuanto a la prevención. La sífilis y la gonorrea se han disparado en la última década. El perfil mayoritario: relaciones homosexuales que rondan los 36 año
Es un proceso cíclico. Una enfermedad aparece, se expande y con
ella crece el temor. Resultado: aumentan la conciencia de prevención. Una vez
superado el bache, el número de infectados desciende, se pierde el miedo y las
barreras vuelven a relajarse.
Algo así está sucediendo
con las enfermedades venéreas. El sida ha causado estragos, especialmente en la
década de los 90, cuando el País Vasco sufrió su pico al contabilizarse 533
casos en 1994 y 428 muertes, en 1996. Sin embargo, los tratamientos actuales
han obrado milagros; el número de fallecidos por el fatídico virus ha
descendido hasta los 48 fallecidos en 2013. Al cierre del pasado año, a solo
143 personas les fue detectado el virus, un mínimo histórico según Osakidetza.
"Siempre decimos que
un paso hacia adelante en un tratamiento son dos atrás en la prevención",
cuenta Daniel Zulaika, médico y director del Plan vasco del Sida y otras
Infecciones de Transmisión Sexual. A los hechos se remite, puesto que, mientras
los nuevos infectados por el VIH hna bajado de forma espectacular, los de
sífilis y gonococia han ido en aumento en la última década.
Su ascenso es lento, pero
sostenido. Si en 1994 solo se detectó un caso de sífilis y ocho de gonorrea, en
2012 ascendieron a 66 y 141, respectivamente. "Los 90 fue la década del
sexo seguro", apunta Zulaika. "Pero a partir del año 2000, cuando los
tratamientos contra el sida comenzaron a tener efecto, el resto de infecciones
de transmisión sexual empezaron a subir".
Perfil tipo
Los más afectados, los hombres que tienen sexo con hombres. El
74,2% y el 42,9% de los diagnosticados en 2011 de estas ITS se dieron en este
tipo de encuentros. La edad media de estos varones, 37,2 y 33 años en el primer
y en el segundo caso. De los nuevos pacientes de sida registrados el año
pasado, un 55,9% también pertenecían a este grupo, que contaba con 36,7 años de
media. "No son ningunos niños. Este resultado rompe un poco los esquemas
porque supuestamente son los adolescentes los que actúan y luego piensan",
opina Zulaika.
Precisamente, el colectivo
de jóvenes no preocupa tanto al programa vasco. Aunque no se olvida de ningún
sector, deben priorizar. "La generación más joven aún no está infectada,
corren poco riesgo. Pero aún así hay que enseñarles a qué mundo se van a
incorporar", explica el médico.
Los tiempos cambian, y
algunos factores de la era tecnológica aúpan el repunte de las ITS. El
coordinador vasco señala dos: la globalización e internet. El primero tiene que
ver con los viajes, con que "hoy puedes tener una relación en Bilbao y
mañana en Roma", y con ello, transportar el virus. "La expansión de
estas enfermedades siempre ha estado ligada a las vías de comunicación",
señala. Es aquí donde también entra en juego la inmigración, con población
venida de países donde estas afecciones son aún más acusadas. Una tercera parte
de los afectados por estas venéreas son extranjeros, la mayoría de
Latinoamérica, África y Europa del este, en ese orden.
La red, por otra parte,
permite relaciones más rápidas y anónimas. "Existen aplicaciones móviles
creadas para tener encuentros esporádicos", cuenta Zulaika que, recuerda,
"son especialmente utilizadas por la comunidad gay", el lugar al que
con más frecuencia recurren para encontrar pareja.
Plan para
reducir su incidencia
Ante este panorama, Osakidetza se ha marcado un objetivo: reducir
en un 10% el número de infectados por VIH y otras venéreas en los próximos
cuatro años. El borrador del plan de estratégico para 2015-2018 fue presentado
esta misma semana. Entre otros métodos, pretende ampliar la red de farmacias
que ofertan la prueba rápida del sida que, según estima Zulaika, ya ha
realizado unos 17.000 test. "La gente no tiene porqué dar explicaciones en
el trabajo para pedir días libres, ni hablar sobre sus tendencias en la
consulta del médico", enumera, al explicar el éxito de la iniciativa.
Por otra parte, tratará de convertir un enemigo en aliado al
acercarse a internet. "Otros organismos sanitarios, como los Centros para
el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) están volcados en ello para
facilitar el acceso a la información. Si has tenido un susto a las cuatro de la
mañana, deberías poder acudir a una página fiable que responda a tus
preguntas". Por supuesto, el programa incluye un acercamiento con las ONGs
y colectivos que trabajan con los colectivos más sensibles.
El experto destaca que, aunque es difícil llevar
un registro de este tipo de enfermedades -"los implicados tratan de
llevarlo de forma discreta"-, desde el punto de vista médico es más sencillo
detectarlas. "Tienen síntomas visibles. No es como el sida, que puedes
tener el virus y no presentar nada en el exterior", explica. Pero
advierte: "Cuando aparece una ITS es más fácil contraer el VIH. Unas
acompañan a otras". En 2011, esta coinfección se presentó en el 27% de los
nuevos casos de sífilis y en el 9% de los de gonorrea.
ITS
Infecciones
de Transmisión Sexual
Sífilis: Se contrae por contacto con las
lesiones de una persona infectada. Al principio aparece una pequeña úlcera,
indolora y dura, a lo que le siguen manchas en la piel, sobre todo en las
palmas de las manos y plantas de los pies que desaparecen espontáneamente. A
partir de ahí no hay más síntomas, pero a largo plazo provoca dificultad para
coordinar los movimientos, parálisis, ceguera, demencia y enfermedades del
corazón.
Gonococia: También conocida como gonorrea.
Se puede contraer por contacto anal, vaginal u oral. En estas zonas provocará
dolor, una secreción amarillenta, escozor, sangrado y/o inflamación. Las
embarazadas pueden contagiárselo a su bebé durante el parto.
Clamidia: Se transmite por vía vaginal, anal
u oral. Segrega flujo amarillento transparente y produce escozor, dolor
inflamación y sangrado en las zonas afectadas.
Virus del Papiloma Humano (VPH): La mayoría
de las personas sexualmente activas entra en contacto con este en algún momento
de su vida. Aunque muchos nunca presentarán síntomas, los más frecuentes son
verrugas en los genitales, ano o zonas adyacentes. A veces pueden no ser
visibles, sobre todo en el caso de las mujeres y pueden aparecer semanas, meses
o hasta años después de la exposición. Con el tiempo algunos tipos de
papilomavirus pueden producir derivar en cáncer. Una vez contraído, el virus
nunca desaparece.
Herpes genital: Es una infección producida
por virus que causan ampollas y úlceras dolorosas en genitales o ano. También
puede haber fiebre, dolor de cabeza y dolores musculares. Es una infección
crónica que cursa a brotes.
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