El Parlament aprueba la Ley contra la Homofobia por 110 votos a favor y 18 en contra. Unió rectifica y sólo se opone a tres puntos: la carga de la prueba, el sistema sancionador y el ámbito educativo
El Parlament ha vivido esta mañana una jornada histórica con la aprobación de la Ley de los derechos de las personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales y para la erradicación de la homofobia, la lesbofobia y la transfobia. La cámara catalana ha dado luz verde al texto con 110 votos a favor (de CiU, PSC, ERC, ICV-EUiA y C’s) y 18 en contra, correspondientes al PP.
Dolors López ha empezado manifestando el respeto del PP a la diversidad sexual y ha aclarado que la voluntad de su partido es la de “garantizar los derechos de las personas LGTB y evitar cualquier discriminación que sufran”. Para justificar el voto contrario y la enmienda a la totalidad, López ha asegurado que, en términos de libertad sexual, esta ley “no favorece al colectivo porque el problema se debe tratar desde la normalidad y no desde el intervencionismo absoluto”. Además, ha recordado que “no podemos hacer una ley para todos y cada uno de los colectivos susceptibles de vulneración de sus derechos”, amparándose en un marco normativo ya existente: la Constitución, “que ya dice que todos los españoles son iguales ante la ley” y el Código Penal, que según el PP ya consagra la protección de la discriminación por orientación sexual. Por eso, el PP no aprecia “ni la necesidad ni conveniencia de una regulación concreta, intervencionista, ideológica y adoctrinadora”.
Para los populares catalanes, la condición sexual forma parte de la intimidad de la persona y la discriminación positiva, igual que sucede con las cuotas por cuestión de género, “va en contra de la igualdad de derechos. Es un atentado contra la libertad que una persona tenga que manifestar su condición sexual para acceder a un puesto de trabajo”. La representante del PP ha tomado prestado el discurso de Durán i Lleida para lamentar que haya otros colectivos que no reciban ninguna atención diferenciada, como los inmigrantes o determinadas etnias, “quizá porque no tienen ningún grupo de presión detrás”. Muy similar a la calificación de “chiringuitos” que el líder de Unió usó para referirse a las entidades que trabajan a favor del colectivo LGTB. En un ejercicio de cinismo y demagogia, López ha llegado a acusar la ley de “establecer una nueva categoría humana basada en la opción afectiva sexual”.
Anna Simó (ERC) ha explicado que la ley es fruto de un recorrido de cuatro años y sitúa Catalunya “a la altura del derecho antidiscriminatorio europea, todavía en construcción”. La representante de ERC ha ofrecido datos reveladores de la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales del 2012: un 47% de las personas del colectivo LGTB fue objeto de discriminación, un 26% sufrió agresiones o amenazas violentas por razón de su orientación sexual o identidad de género, un 10% denunció ante la autoridad policial, hubo un 32% de discriminación en acceso a la vivienda, ámbito educativo o atención sanitaria y un 20% en el acceso al trabajo. Simó ha resumido la ley en cuatro conceptos: “acción positiva, garantías, igualdad de trato y tutela judicial, y no intervencionismo, atentado, sobreprotección y adoctrinamiento”. Por otro lado, ha resaltado que el carácter sancionador, que es “ponderado y quiere disuadir” es imprescindible para ir más allá de una simple declaración de intenciones. Simó ha destacado el notable salto producido en este ámbito, desde la infausta Ley de Vagos y Delincuentes, con delaciones que culminaban en prisión para ser curados, a la Ley de Peligrosidad Social “que acentuó la estigmatización y persecución del colectivo”, y no fue definitivamente abolida hasta el 1992.
“Un día de gloria”
Según el líder socialista, Miquel Iceta, hoy ha sido uno de esos “días de gloria especiales e históricos, que a veces la política nos ofrece y en los que culmina el trabajo de mucha gente durante mucho tiempo”. Iceta cree que medidas como la Ley Contra la Homofobia “son las que contribuyen a hacer una sociedad más justa, más libre y más feliz”
En una primera persona valiente y desinhibida, Iceta ha admitido sentir “rabia” cuando alguien “parece negar o menospreciar la discriminación que sufrimos, hemos sufrido y corremos el riesgo de sufrir los gays, lesbianas, bisexuales” y ha aprovechado para mandar un recado a quiénes hablan despectivamente de lobby gay. “Haced el favor de mirar a la tribuna, es un grupo de gente que no trabaja en la oscuridad para conseguir objetivos espurios, sino que trabaja para unos derechos que en el fondo son de todos”. Por eso, cuando escucha palabras como “lobby gay” o “grupo de presión” le viene a la cabeza “aquello de piensa el ladrón que todos son de su condición”.
Iceta ha recurrido a la crudeza del día a día para demostrar la necesidad del texto. “Los políticos homófobos o los obispos sin caridad cristiana que dicen eso no deben haber visto nunca llorar una madre por los insultos y agresiones que sufren sus hijos, cómo un adolescente se ha acabado suicidando por el asedio que recibía o cómo una persona era discriminada en el trabajo sólo por tener una orientación que no es la mayoritaria”. El líder socialista se ha preguntado cómo alguien osa “negarnos los instrumentos para defender nuestra dignidad como personas”. Para finalizar, ha advertido que no se trata de una ley para promover la homosexualidad sino para “proteger los derechos y libertades de un colectivo diverso y para promover la felicidad de la sociedad en su conjunto, una ley para la vida real para eliminar obstáculos injustos”.
David Companyón, de ICV-EUiA, ha elogiado la “lucha tenaz” de un
colectivo, contra un sistema “que perseguía la diversidad sexual con el
beneplácito de las instituciones políticas, sociales y eclesiásticas de
todo el mundo”. Para los ecosocialistas, la ley supone una reparación
de todos los reprimidos por el franquismo. En este sentido, ha explicado
que todavía hoy la homosexualidad está prohibida en 74 países de todo
el mundo, y en algunos de ellos incluso es condenada con pena de
muerte.
Companyón ha arremetido con dureza contra las actitudes discriminadoras
y el pensamiento retrógrado. “Hay quien todavía no sabe que la
homosexualidad no es una enfermedad pero la homofobia sí y el ser humano
es el único animal que la sufre. Y eso es incompatible con un país
basado en los derechos y la libertad”.
David Fernàndez, del Grupo Mixto, ha definido la ley como “un avance
ético y cultural imprescindible contra la banalización y la
minimización” y ha proclamado que el régimen sancionador significa “el
fin de la impunidad de quienes escupen odio”. En respuesta a la
representante del PP, el líder de la CUP ha matizado que el
intervencionismo “es el que la profesión de la fe católica ha intentado
aplicar sobre nuestros cuerpos”. Sobre el concepto de Durán i Lleida, ha
tirado con bala contra el establishment. “El chiringuito es lo que
algunos tienen montado en el Palace a costa de las finanzas públicas”.
Además, se ha felicitado por aprobar una ley “que sale sin recortes en
una época de recortes y ahora vuelve a la calle” y ha insistido que el
debate de fondo continúa siendo la “lucha pedagógica, cultural y de
valores”.
Para Fernández, esta ley también supone “el fin de los armarios y las
rejas” y la oportunidad de no repetir errores del pasado. “Es la acción
humana la que puede conseguir que la vieja proclama antifascista sea una
realidad en nuestra casa: nunca más en ningún sitio contra nadie”.
Inés Arrimadas (C’s) ha reconocido que en el Parlament se percibía
“emoción” para aprobar una ley que debe consolidar “la igualdad real y
efectiva” porque ser diferente a la mayoría “no nos hace peores
personas”. Lo que ha identificado más a C’s con el texto es la
“detección precoz de las muestras de incomprensión, rechazo y
discriminación al colectivo LGTB y la sensibilización social” y ha
insistido en la importancia de aplicar políticas coordinadas. Arrimadas
ha anunciado la inminente tramitación de una ley paraguas contra todas
las discriminaciones.
CiU ha distribuido su intervención en Violant Cervera y Mercè Jou.
Cervera ha hablado de una “magnífica ley” y de “satisfacción infinita”
por el consenso entre la mayoría de las formaciones, que convierte el
texto en “eficaz, transversal y perdurable en el tiempo”. Cervera ha
subrayado que Catalunya vuelve a ser pionera en España en la defensa de
los derechos del colectivo LGTB, incluida la ley de parejas estables de
1998 cuando la actual presidenta del Parlamento, Núria de Gispert, era
consejera de Justicia. La representante convergente ha apuntado que el
Estatut ya fijaba el deber de los poderes públicos de promover la
igualdad de todas las personas con independencia de su orientación
sexual.
Mercè Jou habló del posicionamiento de UDC, que está en contra “de
cualquier tipo de discriminación”, motivo por el que han apostado por
una ley “integral de no discriminación”. Jou ha indicado que hay tres
cuestiones en las que Unió discrepa: el sistema de sanciones, que “debe
estar en la ley integral”, la inversión de la carga de la prueba, que
equivale a “girar el principio de la presunción de inocencia” y el
ámbito de la educación, cuestiones en las que votaron en contra del
dictamen. La sesión ha finalizado con los aplausos recíprocos entre
políticos y miembros del colectivo LGTB y se ha trasladado al Parc de la
Ciutadella, escenario de una larga fiesta con discursos y actuaciones
musicales.
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