Aunque es una de las enfermedades en la que más dinero,
tiempo e investigaciones se ha gastado en las tres últimas décadas,
todavía tiene algún agujero negro. Uno de cada diez nuevos casos de sida
que se produce en España tiene un origen desconocido. Ni el personal
sanitario que atiende al paciente ni el propio afectado sabe cómo ha
sido posible el contagio. Y eso que las vías de transmisión no han
variado en los últimos años. La fórmula más frecuente de contraer la
enfermedad, que celebra hoy su día mundial, es la relación sexual sin
protección, que afecta al 54,6% de los casos entre homosexuales y al
30,6% entre los heterosexuales. Después se sitúan el consumo de drogas y
la transmisión madre-hijo. Sin embargo, a pesar de que son las tres
maneras, todavía el 10% de los nuevos enfermos desconocen cómo
contrajeron el VIH.
Un porcentaje que demuestra que todavía queda mucho por
hacer, a pesar de los recursos invertidos y la efectividad del arsenal
terapéutico que ha permitido reducir la mortalidad y cronificar la
infección. “Esta situación suele traducirse en mayores dificultades para
obtener buenos resultados terapéuticos, en una mayor morbi-mortalidad y
en una peor calidad de vida”, afirma la profesora Carmen Maroto,
miembro de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM). “Es necesario
controlar ese número invisible de infectados y poder hacer diagnósticos
tempranos con la finalidad de que, a partir de ellos, no existan nuevos
casos. El reto, en este caso, es desarrollar nuevas técnicas
ultrasensibles para mejorar el diagnóstico y ofrecer a los médicos datos
seguros sobre el estadio real en que se encuentran sus pacientes”,
remacha la experta.
En este apartado de la detección precoz, el Gesida -Grupo
de Estudios de Sida de la SEIMC (Sociedad Española de Enfermedades
Infecciosas y Microbiología Clínica)- incide en que el 30% de los
infectados por VIH no lo sabe y estos causan el 70% de las nuevas
transmisiones, lo cual hace “imprescindible” una mejora en la detección.
Se estima además que, de los aproximadamente 2,3 millones de infectados
por el virus VIH en Europa, uno de cada tres desconoce que lo está. En
total, entre 700.000 y 900.000 personas. La RANM, la Real Academia
Nacional de Farmacia (RANF) y la Real Academia de Ciencias Exactas,
Físicas y Naturales (RAC) celebraron una jornada para reflexionar sobre
un virus que afecta a cerca de 33 millones de personas en todo el mundo y
ha costado la vida a 25 millones. En España, según datos de 2011 del
Ministerio de Sanidad, se produjeron 2.292 infectados nuevos con un
mayor número de hombres (1.927) que de mujeres (364).
Futuro
En este repaso a las tres décadas de la enfermedad, los
expertos de las tres academias destacaron la mejoría en la calidad de
vida. “Si hace unos años los pacientes tenían que tomar un elevado
número de pastillas al día, la llegada de los fármacos con dosis única
ha mejorado no sólo la adherencia sino también la eficiencia del
tratamiento”, añade la doctora Maroto, que ve más cerca de lo que se
piensa la proximidad de una vacuna a pesar de “la capacidad de mutación
del VIH hace muy difícil la preparación de vacunas eficaces”, según
Esteban Domingo, de la RAC.
El profesor Mariano Esteban, académico de la RANF, añade
que “los resultados del único ensayo clínico profiláctico en fase III
con 16.000 voluntarios en Tailandia, el cual ha demostrado una eficacia
limitada (31.2%) de control del VIH, ha servido para acrecentar el
esfuerzo investigador en la consecución de una vacuna más eficaz”.
Varios países, entre los que está España, están desarrollando nuevos
prototipos vacunales. De hecho, ya se han llevado a cabo ensayos
clínicos fase I, en España y en el extranjero, con buen comportamiento
inmunogénico.
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