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| El cantautor estadounidense-canadiense, ayer en Madrid. |
Rufus Wainwright, artista "delirante" capaz de unir a Berlioz y Judy Garland, actuará en el Teatro Real el mismo día que cumple 40 años, "feliz" aunque preferiría que fuesen 30, tras una vida "extraordinariamente rica" en la que se ha significado musical y socialmente como icono homosexual. "Estoy orgulloso de ello y creo que ser gay me hace mejor artista", declaró el cantautor, casado con un hombre y padre de una niña concebida junto a Lorca Cohen, hija de Leonard Cohen, que se muestra satisfecho con su vida y su carrera. "Sólo desearía que mi madre estuviese viva", reconoció, en alusión a la cantautora Kate McGarrigle, fallecida en 2010 por un cáncer.
En el Teatro Real, con todas las entradas vendidas, ofrecerá el lunes un espectáculo dividido en dos partes: por un lado una selección de temas de su carrera, con un último álbum en el que volvió al pop (Out of the game, 2012) y, por otro, su primera y única ópera, Prima Donna, que homenajea la figura tradicional de la diva lírica. "Tenían que ser guerreras para sobrevivir en ese mundo; hoy, con internet, la escasas ventas de discos y la economía viniéndose abajo, también hay que ser muy agresivo, pero tengo muchos problemas con el mundo del pop, aunque, al final, todo tiene que ver con la calidad. Si la canción es buena, todo genial", dijo sobre la contraposición con las divas del siglo XXI.
Rufus reconoció que el estreno de Prima Donna en Manchester, donde recibió tantas alabanzas como críticas, fue uno de los momentos más difíciles de su vida, "pero qué es la vida sin riesgo". La ópera, señaló, te elige a ti, no tú a ella. En su caso, le abrazó en la adolescencia justo cuando descubría su homosexualidad y, desde entonces, mantiene con ella una "tormentosa relación". Rufus anunció que ya trabaja en una segunda ópera en la que los personajes masculinos aparecen vestidos con trajes de mujer y que tiene como protagonista a "un español antes de que España fuese España".
En el Teatro Real, con todas las entradas vendidas, ofrecerá el lunes un espectáculo dividido en dos partes: por un lado una selección de temas de su carrera, con un último álbum en el que volvió al pop (Out of the game, 2012) y, por otro, su primera y única ópera, Prima Donna, que homenajea la figura tradicional de la diva lírica. "Tenían que ser guerreras para sobrevivir en ese mundo; hoy, con internet, la escasas ventas de discos y la economía viniéndose abajo, también hay que ser muy agresivo, pero tengo muchos problemas con el mundo del pop, aunque, al final, todo tiene que ver con la calidad. Si la canción es buena, todo genial", dijo sobre la contraposición con las divas del siglo XXI.
Rufus reconoció que el estreno de Prima Donna en Manchester, donde recibió tantas alabanzas como críticas, fue uno de los momentos más difíciles de su vida, "pero qué es la vida sin riesgo". La ópera, señaló, te elige a ti, no tú a ella. En su caso, le abrazó en la adolescencia justo cuando descubría su homosexualidad y, desde entonces, mantiene con ella una "tormentosa relación". Rufus anunció que ya trabaja en una segunda ópera en la que los personajes masculinos aparecen vestidos con trajes de mujer y que tiene como protagonista a "un español antes de que España fuese España".
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